miércoles, 28 de mayo de 2008

¡Fluoresce Ubuenos Aires!

Tomados por el flúo atractor de la emisión apasionada del Quantum Della Triplastia Plasmatia de Sinapsis Colbert, reproducimos a continuación el anomal comentario de la épica exposición de Mario Bortolini realizado especialmente por el Manikhem para la revista interestelar "Hay entidades (y no somos nosotros)".
Invitamos así a realizar una nueva intromisión en la zona festiva de los pasajes y las irradiaciones.


La trans-psicodelia flúo ya tiene (desde hace rato) quién la cabalgue.
Por ManiKhem.


Para entre.ver la principal función del plasma: ser un superconductor hipersensible y fluorescente, interviene en pleno Buenos Aires la Sinapsis Colbert. Escenas de entidades indeterminadas, emblemas enigmáticos, miniaturizaciones de flúo-espacios en ingravidez sobre fondo negro. Sin embargo, nada hay allí para ser "visto", sin ser a la vez "tocado" (y a distancia), pues estas impresiones son también presiones ("Dios es presión", decía un cabalista atmosférico), tensiones e impulsos captados magistralmente por una labor modular de años de antenaje: estas imágenes son el espectrofotómetro diseñado para densificar entidades de la intermundia. Por ello, no son reductibles al autor o al paisaje sino que transitan el límite en el que el espacio (interior o exterior, ¿quién pregunta ya?) se desborda hacia sus esquirlas estelares, hacia fuerzas de de-formación, de torsión, pero que adquieren consistencia en una zona evanescente y real: Zona Colbert, Zona Vlad, conexión o cortocircuito, Sinapsis que intensifica los colores, los umbrales de sus gamas, y nos deja sobre el lomo alegre de la luz y el color cuando se alimenta de los sombríos fondos de potencia plásmica (nébula Borto, devenir lini). Tironeos que ya no pueden ser únicamente ópticos, sino "hápticos" -del griego "hapthai": tacto (en tanto visual, ¡zas!, táctil: "that´s magick", diría Kenneth Anger). Contra un arte panóptico (incluido el conceptual, anclado en una óptica intelectual), el cabaret Colbert propone una saludable dosis de panháptico (contoneos de toccata general).
Ahí no hay torre vigía, sino una inevitable, tangible y flotante vibración que reza: "La fuerza dinámica del universo no se sintoniza sin FLUORESCER".


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